Por: Adrián Vargas
Hoy primero de Diciembre se celebra el día mundial de la lucha contra el VIH/SIDA en el mundo. Es más que un día especial, para recordar y honrar todas las personas que de una u otra forma han sido afectadas por esta condición médica a lo largo de los casi 30 años que ha estado causando impacto en la vida de las personas y comunidades alrededor del mundo.
Mi nombre es Adrián, vuelvo feliz y orgulloso a contarles historias en este Andén, desde mi propia experiencia viviendo con VIH,
No es el fin del mundo, pero sí una experiencia diferente ya que gracias a ello día a día tienes que aprender a vencer tus propios prejuicios y estigmas, ganándole la batalla día a día a tu mente para tener el valor como hoy de escribir un par de letras como estas y compartirlo a ustedes, bajo la experiencia del último año en San Francisco AIDS Foundation, lugar en el que he aprendido y desarrollado mi trabajo como persona y profesional puedo decirles que esto no es la sentencia de muerte, el rechazo y la idea del mito con el que crecimos.
Entiendo que para mi ha sido mucho más fácil darme cuenta de esta realidad y empoderarme a contar mi historia y ayudar a otros bajo esta misma condición, les digo, mi vida ha cambiado, pero para bien.
Muchos se preguntarán, después de saber que padeces la condición médica del VIH, ¿Le encuentras sentido a la vida?, pues les digo que ¡Sí! ahora aprecio la vida, aprecio a los que están a mi alrededor y trato de ayudar en lo que esté a mi alcance y sí, estoy comprometido a ayudar a las personas bajo mi misma condición.
Por ahora soy un vocero y líder social en San Francisco y quiero compartir mi historia para que todos nos demos cuenta de que esto te puede pasar, para que no descartes las precauciones debidas, para que seas responsable con el uso del alcohol y las drogas y sobre todo implementar y exigir extrema protección a la hora de tener relaciones sexuales , así mismo como jóvenes o adultos que podamos tener acceso a pruebas y tratamiento para personas bajo condición cero positivas y para tratamientos preventivos, y recordemos que tal vez alguien a nuestro al rededor está sufriendo de esto.
Brindemos apoyo y vida, porque todos lo podemos hacer cuando contamos con el respaldo de nuestro grupo social, cambiemos el lenguaje y dejemos de ver la sexualidad como algo sucio, pecaminoso y prohibido, esta hace parte de la vida, esta experiencia que tenemos el regalo de vivir.
Hoy quiero empezar a hacer una tradición, hablar alto y claro acerca de esto, tal vez te preguntarás que impacto puedo tener, pero de algo sí estoy seguro es que amigo lector te puedo ayudar a inspirar, para que una vida que logre cambiar e implementar estos consejos para vivir más sanos, es un logro que como colaborador de la fundación no tendría precio.
Entrando un poco más en números y esas cosas aburridas que vemos en internet de pornomiseria, frente a esta condición médica, te puedo compartir un informe basado en el día mundial del VIH/SIDA.
Se estima que alrededor de 35 millones de personas han muerto a causa de esta enfermedad, 70 millones han contraído esta condición médica y para finales del 2016 Vivian 36.7 millones de personas infectadas al rededor del mundo, 1.8 personas se infectaron en 2017, 400 niños contraen el VIH cada día y en Estados Unidos se presentan cerca de 40.000 infecciones cada año.
Las cifras son alarmantes pero la buena noticia es que los tratamientos anti retrovirales cada vez son más efectivos, la mala es que, a mediados del 2017, 20,9 millones de personas estaban en tratamiento, pero estas solo representan 53% de los 36.7 millones de personas infectadas a nivel mundial.
¿Qué podemos hacer?
El primer paso es recordar que estamos en el siglo 21 y comportarnos como tal, dejar atrás los prejuicios y estigmas que rodea esta condición médica, y sabes porque la llamo condición médica, porque gracias a los tratamientos de hoy en día, esta infección es completamente tratable y hace que la vida de los pacientes sea saludable y duradera como cualquier otra condición, llámese diabetes, presión arterial o otra como tal. El gran problema es el estigma asociado que sigue matando más que la enfermedad.
Debemos abrir la conversación, educar sexualmente a nuestros jóvenes y brindarles todas las herramientas e información para que estos estén a salvo y podamos juntos ver el fin de este flagelo que no solo afecta a los pacientes, también afecta la vida de sus familiares, amigos y su comunidad en general.
Hablen, pregunten y apoyen. ¡Somos uno en esta vida y en este mundo!